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UNA CUNA EN EBULLICIÓN (2)

UNA CUNA EN EBULLICIÓN (2)

Serie Jigoro Kano: ¿Quién era realmente?

En el primer artículo dedicado a Jigoro Kano, el fundador del judo, nos centramos en su infancia temprana, su lugar de nacimiento cerca de Kobe y parte de la historia de Japón. Esto, con el fin de empezar a comprender quién era y cuáles fueron las etapas de su vida que le guiaron hacia la creación del judo.

Jigoro Kano - Una cuna en ebullición.
Jigoro Kano (derecha), 20 años - © Instituto Kodokan

Jigoro Kano (derecha), 20 años – © Instituto Kodokan

Para entender aún mejor al personaje, es importante estudiar un poco más de cerca a su familia, porque aquí nuevamente podemos encontrar las raíces profundas de su motivación futura.

Jigoro Kano, por parte de su padre, procedía de un linaje de sacerdotes, los Shōgenji, cuyos orígenes se remontan a la época del dios sintoísta Kamotaketsunumi no Mikoto, en la mitología japonesa, de hace miles de años. Inicialmente ubicados en los alrededores de Kagoshima, los Shōgenji se asentaron finalmente en Ôtsu.

El abuelo paterno de Jigoro Kano, Shōgenji Maretake, era el sacerdote principal del templo Hiyoshi-taisha, un santuario sintoísta, que forma parte de la lista de los 22 templos sintoístas. Incluye 22 edificios, la mayoría situados en la región de Kioto, que figuran en la lista del periodo Heian (794-1185). Como tales, estos santuarios reciben ofrendas especiales de la Corte Imperial de Japón. El templo Hiyoshi-taisha se encuentra en Otsu, prefectura de Shiga, al este de Kioto.

Shōgenji Maretake fue un renombrado conocedor de la poesía clásica japonesa, así como de la poesía clásica china, pero también por su numerosa familia, ya que tuvo nada menos que quince hijos (diez varones y cinco mujeres). Fue uno de sus hijos, Shōgenji Marenu, quien le sucedió al frente de la Hiyoshi-taisha. Uno de los hermanos del abuelo de Kano, también autor de poesía, se convirtió en tutor de los hijos de la nobleza japonesa. Si Jigoro Kano no conoció realmente a esos miembros de su familia, pues sólo tenía tres años cuando murió su abuelo, no es menos cierto que se sumergió, desde su más tierna infancia, en un mundo donde el hormigueo intelectual era fuerte.

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Jigoro Kano (centro) el día de su graduación en Tokio - © Instituto Kodokan

Jigoro Kano (centro) el día de su graduación en Tokio – © Instituto Kodokan

El padre de Jigoro Kano, hijo de Shōgenji Maretake, nació en octubre de 1813. Su nombre era: Jirōsaku Mareshiba, quien soñaba con descubrir el mundo. Por esto, abandonó la cuna familiar y comenzó a explorar Japón. Terminó dejando sus maletas en Mikage, donde conoció a la familia Kano. Los Kano, eran de un antiguo linaje japonés dedicado a la elaboración y comercio de sake desde al menos el siglo XVII.

Por ello, Jirōsaku Mareshiba comenzó a colaborar con los Kano, en este caso con Jisaku Kano. Este último, muy contento con los esfuerzos realizados por Jirōsaku Mareshiba, le agradeció entregándole a su hija Sadako. Más sorprendente aún para un observador moderno, aunque era algo habitual en el Japón de la época, Jisaku Kano lo adoptó. Así fue como Jirōsaku Mareshiba tomó el apellido Kano, que luego permaneció en la familia, de lo que obviamente se benefició Jigoro.

Con el paso de los años, Jirōsaku ‘Kano’ se convirtió en el representante oficial de los Kano. Estuvo en el centro del desarrollo de las primeras compañías comerciales japonesas, fue también uno de los miembros fundadores de la primera línea marítima entre Kobe, Oita y Edo (Tokio) e intervino en el desarrollo militar-industrial del país. Más tarde, ingresó en la administración pública y participó en el desarrollo de las relaciones comerciales de Japón en los astilleros y en la ampliación del Palacio Imperial. A la muerte de Jirōsaku Kano, en 1885, era secretario general de la Armada Nacional.

Si nos remontamos a la infancia de Jigoro Kano, unos años antes, en Kobe, estamos en plena apertura de Japón al mundo y se intensifican los contactos con el exterior. La familia Kano estaba en primera línea. Jigoro heredó, por tanto, un fuerte bagaje intelectual de la rama paterna y el bagaje de la apertura al mundo de la rama materna; una mezcla que funcionó de maravilla.

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Jirōsaku Kano, padre de Jirogo Kano - © Instituto Kodokan

Jirōsaku Kano, padre de Jirogo Kano – © Instituto Kodokan

Jigoro tenía dos hermanos (Kyūsaburō y Kensaku) y dos hermanas (Ryūko y Katsuko). Él era el menor de los varones. Su hermano mayor trabajó con su padre y varias familias de los alrededores de Kobe antes de trasladarse al norte de Japón para montar su propio negocio. Su segundo hermano participó en la construcción del puerto de Osaka, mientras que su hermana tuvo tres hijos que siguieron las enseñanzas de Jigoro, más tarde en su edad adulta. Volveremos a este tema en un artículo posterior, cuando nos centremos en los logros del fundador del judo.

Cabe destacar que uno de sus sobrinos, Nango Jirō, se convirtió en el segundo presidente del Kodokan. También es importante decir que la mayoría de los miembros de la familia Kano ocupaban puestos de importancia o estaban casados con notables de la administración japonesa, así como de la industria o del sector privado. La familia Kano estaba bien establecida y desempeñó un papel importante en el desarrollo de Japón.

Como vimos en el primer artículo, lamentablemente, Kano perdió a su madre muy pronto, cuando sólo tenía diez años. Sin embargo, aunque sólo la conoció durante los primeros años de su vida, ella siguió inspirándole durante mucho tiempo con su enfoque educativo lleno de sentimientos y amor, pero al mismo tiempo estricto. Sadako fue una guía para Kano, estuviera físicamente presente en su vida o no. Ella sentó las bases de lo que sería su vida como educador.

Es innegable que Kano, desde su más tierna infancia, mostró asombrosas habilidades en asuntos de la mente. Dotado de una gran curiosidad, estaba sediento de conocimientos y prosperaba en el descubrimiento de todo lo que le rodeaba. Sus padres, más tarde sólo su padre, así como toda su familia, querían lo mejor para sus hijos y daban gran importancia a la educación. Por ello, Kano debió asistir a una de las escuelas del barrio de Mikage, la llamada “Terakoya”.

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El hermano mayor del bisabuelo de Jigoro Kano se hizo cargo de la fábrica de sake Kiku-Masamune - © Kiku Masamune

El hermano mayor del bisabuelo de Jigoro Kano se hizo cargo de la fábrica de sake Kiku-Masamune – © Kiku Masamune

Esas escuelas habían aparecido a principios del siglo XVII. Eran una especie de extensión de las estructuras escolares en relación con los templos budistas. Antes del periodo Edo en Japón, las escuelas públicas eran sólo para los hijos de los samuráis y las familias gobernantes. Luego se fueron abriendo poco a poco ante el auge de la clase mercantil. Aunque eran numerosas en las grandes ciudades, así como en las regiones rurales y costeras, no correspondían a la idea que los padres de Jigoro tenían del aprendizaje. Sin embargo, fueron abolidas a principios de la era Meiji y reemplazadas por un sistema de escuelas públicas para todos.

He aquí lo que Jigoro Kano dijo al respecto: “Cuando yo era niño, no había escuelas primarias como ahora y la mayoría de los niños del vecindario iban a lo que se llamaba terakoyas, donde recibían educación primaria. Sin embargo, por lo que a mí respecta, mi padre, que en un principio era hijo de Shōgenji Maretake, ministro del santuario Hiyoshi de Gōshū, estudioso de las letras japonesas, chinas y budistas, había estudiado letras chinas desde niño. Fue adoptado por la familia Kanō cuando pasaba por los alrededores de Mikage y se le ocurrió comentar las Charlas de Confucio, lo que agradó al abuelo Kanō, que finalmente lo adoptó; por eso mi padre no aceptó que me enviaran a un terakoya ordinario. A partir de los siete años, bajo la dirección, por supuesto, de mi padre y mi abuelo, empecé a visitar la casa de un hombre llamado Yamamoto Chikuun, pintor de Sanuki que tenía una segunda residencia en Mikage, donde aprendí, en particular, caligrafía y los clásicos chinos. Luego fui a ver a un médico llamado Yamagishi, donde di mis primeros pasos en kanji”. (Fuente: http://judo-o-miru.fr/kano-jigoro/sa-formation/)

Jigoro Kano asistiría por tanto a clases particulares. Tras la muerte de su madre, Kanō fue enviado a reunirse con su padre en Tokio. Solo tenía un deseo en la vida: aprender y transmitir. Ingresó en un primer curso privado donde continuó su aprendizaje de los clásicos chinos y de caligrafía. Su maestro, Ubukata Keidō notó sus habilidades y le aconsejó que estudiara inglés. Se matriculó entonces en el curso privado Sannyū. Luego se preparó para seguir estudios japoneses y occidentales al mismo tiempo.

Muy pronto, Kano ingresó en el curso privado Ikuei, con una enseñanza orientada a las lenguas extranjeras, y después entró en una primera escuela pública, la Escuela de Lenguas Extranjeras. Continuó su maratón educativo ingresando en la escuela Kaisei. Se graduó en 1877, lo que le abrió las puertas de la recién fundada Universidad de Tokio. Durante un primer curso universitario de cuatro años, se interesó por la economía y las ciencias políticas, que completó con un año de estudios de filosofía.

Jigoro Kano tenía apenas veinte años y sus conocimientos ya eran enciclopédicos. Con una cabeza bien formada, parecía evidente que se le abría una gran carrera. Fortalecido por su herencia familiar, estaba preparado para enfrentarse a la vida, aunque sufría y llevaba sufriendo mucho tiempo debido a su pequeña estatura y a las burlas y el acoso que recibía en la escuela. Tenía una solución, pero para ello debía estudiar, estudiar en un campo que a primera vista parecía lo contrario de lo que había emprendido. Tenía que ser capaz de defenderse. Pero eso lo veremos en un próximo episodio.

Autor: Nicolas Messner.
Fotografías: Nicolas Messner.
Fuente: https://www.ijf.org/news/show/a-boiling-cradle-2

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